“Me asombra con que ligereza nosotros los mexicanos reflexionamos y tomamos decisiones a la hora de elegir a nuestros gobernantes, que se basan en aspectos meramente superficiales de los candidatos,...”
Por Gabriel Infante Carrillo
Así como nos quejamos incesantemente de que los presidentes en turno asignan a personas en Secretarias o en algún puesto público sin contar con el perfil adecuado para el puesto, ya sea porque éstas son afines a los poderosos o tienen un vínculo de amistad con ellos. Si no mal recuerdo, fue el presidente Vicente Fox quien dijo en campaña que él iba a profesionalizar el gobierno, es decir, colocar a personas profesionales con experiencia y que cumplan sobre todo con los requerimientos del puesto que van ocupar. Sin duda, así debería de ser, y así lo manejan todas las empresas y organizaciones privadas. Todos somos sometidos a un estricto escrutinio por parte de las empresas con la finalidad de que éstas tengan la certeza de que cubrimos con los conocimientos y habilidades que requiere el puesto, y sobre todo de que daremos resultados.
La postulación de la señora Isabel Miranda de Wallace para la Jefatura de la Ciudad de México, por parte del Partido Acción Nacional del Distrito Federal (PAN-DF), desató reacciones a favor y en contra a través de las redes sociales. Algunos se congratularon por la decisión y aseguran no tener duda alguna de que va tener un buen desempeño al frente del gobierno de la capital del país, y que demostrará ser más capaz que cualquiera de las anteriores administraciones. Otros expresan admiración a ésta, pero desaprueban y lamentan que se haya involucrado en la política y que esta siendo usada por el PAN, o incluso hay quienes señalan que no tiene la experiencia política ni la capacidad suficiente para gobernar una de las ciudades más pobladas y conflictivas del mundo.
Me llamó de sobremanera la atención de aquéllos que aseguran que la señora Wallace tiene mayor capacidad para gobernar que cualquiera de los anteriores jefes de gobierno, por lo que me lleva a la siguiente pregunta, ¿en qué se basan para hacer dicha afirmación? Por el hecho de presidir una organización ciudadana e ir detrás de presuntos secuestradores, esa no es razón suficiente para darnos certeza de que cuenta con la capacidad para gobernar una ciudad como la nuestra. En realidad no sabemos casi nada sobre esta mujer que algunos idolatran ciegamente, a excepción de haber ido detrás de los presuntos secuestradores y asesinos de su hijo —y cabe señalar que es un caso sumamente complejo y no muy claro— por lo que me parece una locura a escasas horas de haberse anunciado su candidatura le hayan confiado ya su voto, sin siquiera conocer sus propuestas ni su proyecto de gobierno. Me asombra con que ligereza nosotros los mexicanos reflexionamos y tomamos decisiones a la hora de elegir a nuestros gobernantes, que se basan en aspectos meramente superficiales de los candidatos, si es galán; si tiene o no pinta presidenciable; si es simpático y agradable o en el caso de la señora Wallace, una guerrera y justiciera, esto último tengo mis reservas; dejando a lado por completo lo sustancial que es, sí los candidatos son o no verdaderamente aptos para gobernarnos. Como ciudadanos tenemos la responsabilidad de someter a cada uno de los candidatos a un profundo e impecable escrutinio, ya que al final uno de éstos será nuestro empleado y como empleadores esperamos resultados. Ni la ciudad ni el país puede darse el lujo de tener gobernantes que por falta de experiencia e incapacidad se vean en la necesidad de recurrir a la improvisación; ya tuvimos suficiente con este sexenio que ha sido desastroso.
Se cree que porque la candidatura de la señora Isabel Miranda de Wallace es externa, por no pertenecer al PAN, hasta donde tenemos conocimiento, signifique que es una candidata independiente y ciudadana, sin embargo, no es así, pues ella al fin y al cabo va representar a un partido, por lo tanto el proyecto de gobierno que nos llegue a presentar no va ser producto de ella del todo, sino del partido. Tenemos que tener en claro, que para que podamos considerar a un candidato independiente y ciudadano, éste no debe ni pertenecer ni tener el apoyo de ningún partido; desafortunadamente la ley electoral del país aún no aprueba este tipo de candidaturas.
Algunos se sienten verdaderamente traicionados que la mujer que tanto admiran y que la ven como una heroína se haya dejado comprar por un partido político al aceptar la candidatura; por desgracia ella junto a su organización “Alto al Secuestro”, desde hace tiempo ha sido instrumento y aliada incondicional en la lucha anticrimen del actual gobierno federal. Desde el momento que ésta tomó postura y protagonismo en el caso de la ciudadana francesa, Florence Cassez, al insistir con el sofisma que ésta fue detenida in fraganti, a pesar de que ya se había reconocido que la detención de ésta junto con Israel Vallarta no ocurrió como se demostró en la detención televisada; en un abrir y cerrar de ojos, empezó a defender inexplicablemente a capa y espada las versiones oficiales y las políticas anticrimen del Estado, llegando a convertirse en una especie de vocera externa gubernamental, dándole así un rostro “ciudadano” a las políticas del gobierno calderonista en este tema.
Si ella se vendió o está siendo utilizada, ya sea de forma inconciente o por un acuerdo mutuo, sólo ella y el PAN lo saben, pero lo que queda evidente es que este partido carece de personajes sólidos que les aseguren votos y un posible triunfo, en una ciudad tan liberal como es la capital del país, por lo que optaron en aprovechar el “buen nombre” que tiene ella en un sector de la sociedad, y quizá también como agradecimiento a sus servicios al gobierno del presidente Calderón. No vaya ser que toda esta jugada política del PAN por ambicionar el poder en el DF, a la mera hora resulte que la señora Wallace sólo fue la Juanita, es decir, que fue el rostro de campaña para atraer votos y al final alguien más será la que tomé posesión de la Jefatura del Gobierno de la ciudad.
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