Por: Gabriel Infante Carrillo
Columnista
“Irán era el país de la Savak, y, sin embargo, la Savak actuaba en él como una organización clandestina, aparecía y desaparecía, borraba sus huellas, no tenía dirección. Y, no obstante algunas de sus células existían oficialmente. La Savak censuraba la prensa, los libros y las películas. (Fue la Savak, precisamente, quien prohibió representar a Shakespheare y Molière porque sus obras criticaban los defectos de los monarcas). La Savak gobernaba los centros de enseñanza, las oficinas y las fábricas. Era un monstruo que envolvía todo en sus redes, se deslizaban en los rincones más recónditos, en todas partes pegaban sus ventosas, fisgaba, husmeaba, rascaba, barreneaba […]”
El pasaje anterior lo padecieron miles de iraníes durante el régimen del Sha Mohammed Reza Pahlavi entre los años de 1941-1979. La Savak equivale en términos orwelianos a la policía del pensamiento y cuya actividad se asemejaba al ministerio del amor, que se describe en la novela de “1984”. La finalidad de esta organización secreta evidentemente era proteger al régimen y generar miedo entre la población para que no se revelarán contra éste. Sin duda, hacía allá se encamina Venezuela con la “Ley especial sobre delitos mediáticos”, que recientemente presentó la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, a la Asamblea Nacional.
La ley contempla de dos a cuatro años de prisión para los periodistas, dueños de medios de comunicación y cualquiera que divulgue información “falsa”, “manipulada” o “tergiversada”, que cause “prejuicios a los intereses del Estado” o atente con la “moral pública” o a la “salud mental”. Asimismo entre los delitos tipificados se incluye “la negativa a revelar información” y la “omisión voluntaria de suministrar información, es decir, iría en contra del derecho de protección de las fuentes periodísticas.
Esta ley, no sólo pone en riesgo el trabajo de los periodistas y profesionales de los medios de comunicación independientes, sino también el libre pensamiento de todos los venezolanos, ya que al restringir a los medios de comunicación también están limitando la libre expresión del “pueblo”, pues cada vez que quieran expresar una opinión o hacer algún tipo de denuncia ante una cámara de televisión o micrófono, estarán sujetos también a lo que estipula dicha ley. No me queda ninguna duda, que con esta ley, el régimen no sólo pretende cuartar la libertad de expresión y tener el control absoluto de los medios de comunicación, sino también, es parte del proceso de homogenizar el pensamiento de los venezolanos junto con una reforma educativa, que además de enseñar los conocimientos básicos, busca adoctrinar a las nuevas generaciones. Sólo espero que Venezuela no llegue a uno de los escenarios que plantea el escritor George Orwell en su novela “1984”, donde los hijos denunciaban a sus padres por tener pensamientos que van en contra del régimen.
¡Qué curioso! Todo lo que señalan como delito mediático es justo lo que incurren los medios de comunicación del Estado y el propio Hugo Chávez. Sólo basta sentarse a ver y escuchar quince minutos a Venezolana de Televisión, Radio Nacional de Venezuela y los largos discurso del “Big Hugo”, y se darán cuenta que además de difundir la propaganda oficial, el tono de sus discursos infunden miedo, incitan al odio, a la violencia e intolerancia. Esto ha cobrado efecto entre los simpatizantes de Chávez, pues son precisamente ellos los que comenten los disturbios en las calles; dañan la propiedad privada y agreden a los medios de comunicación con bombas lacrimógenas, como el reciente caso de Globovosión, y a todos a los que se oponen al régimen.
Así como el mundo condenó la represión que se cometieron en contra de los opositores de Mahmoud Ahmadinejad, tras las elecciones presidenciales en Irán, y se pronunciaron en contra del golpe de estado en Honduras, lo más sensato sería que la comunidad internacional y sobre todo América Latina condene enérgicamente estas arbitrariedades que el régimen de Hugo Chávez está cometiendo contra los derechos humanos del pueblo venezolano.
Esta prohibida su publicación de forma total o parcial de cualquier forma o medio sin prevía autorización de su autor. D.R EquisY: Los ejes de la información 2009
Columnista
“Irán era el país de la Savak, y, sin embargo, la Savak actuaba en él como una organización clandestina, aparecía y desaparecía, borraba sus huellas, no tenía dirección. Y, no obstante algunas de sus células existían oficialmente. La Savak censuraba la prensa, los libros y las películas. (Fue la Savak, precisamente, quien prohibió representar a Shakespheare y Molière porque sus obras criticaban los defectos de los monarcas). La Savak gobernaba los centros de enseñanza, las oficinas y las fábricas. Era un monstruo que envolvía todo en sus redes, se deslizaban en los rincones más recónditos, en todas partes pegaban sus ventosas, fisgaba, husmeaba, rascaba, barreneaba […]”
El Sha o la desmesura del poder
Ryszard Kapuscinski
Ryszard Kapuscinski
El pasaje anterior lo padecieron miles de iraníes durante el régimen del Sha Mohammed Reza Pahlavi entre los años de 1941-1979. La Savak equivale en términos orwelianos a la policía del pensamiento y cuya actividad se asemejaba al ministerio del amor, que se describe en la novela de “1984”. La finalidad de esta organización secreta evidentemente era proteger al régimen y generar miedo entre la población para que no se revelarán contra éste. Sin duda, hacía allá se encamina Venezuela con la “Ley especial sobre delitos mediáticos”, que recientemente presentó la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, a la Asamblea Nacional.
La ley contempla de dos a cuatro años de prisión para los periodistas, dueños de medios de comunicación y cualquiera que divulgue información “falsa”, “manipulada” o “tergiversada”, que cause “prejuicios a los intereses del Estado” o atente con la “moral pública” o a la “salud mental”. Asimismo entre los delitos tipificados se incluye “la negativa a revelar información” y la “omisión voluntaria de suministrar información, es decir, iría en contra del derecho de protección de las fuentes periodísticas.
Esta ley, no sólo pone en riesgo el trabajo de los periodistas y profesionales de los medios de comunicación independientes, sino también el libre pensamiento de todos los venezolanos, ya que al restringir a los medios de comunicación también están limitando la libre expresión del “pueblo”, pues cada vez que quieran expresar una opinión o hacer algún tipo de denuncia ante una cámara de televisión o micrófono, estarán sujetos también a lo que estipula dicha ley. No me queda ninguna duda, que con esta ley, el régimen no sólo pretende cuartar la libertad de expresión y tener el control absoluto de los medios de comunicación, sino también, es parte del proceso de homogenizar el pensamiento de los venezolanos junto con una reforma educativa, que además de enseñar los conocimientos básicos, busca adoctrinar a las nuevas generaciones. Sólo espero que Venezuela no llegue a uno de los escenarios que plantea el escritor George Orwell en su novela “1984”, donde los hijos denunciaban a sus padres por tener pensamientos que van en contra del régimen.
¡Qué curioso! Todo lo que señalan como delito mediático es justo lo que incurren los medios de comunicación del Estado y el propio Hugo Chávez. Sólo basta sentarse a ver y escuchar quince minutos a Venezolana de Televisión, Radio Nacional de Venezuela y los largos discurso del “Big Hugo”, y se darán cuenta que además de difundir la propaganda oficial, el tono de sus discursos infunden miedo, incitan al odio, a la violencia e intolerancia. Esto ha cobrado efecto entre los simpatizantes de Chávez, pues son precisamente ellos los que comenten los disturbios en las calles; dañan la propiedad privada y agreden a los medios de comunicación con bombas lacrimógenas, como el reciente caso de Globovosión, y a todos a los que se oponen al régimen.
Así como el mundo condenó la represión que se cometieron en contra de los opositores de Mahmoud Ahmadinejad, tras las elecciones presidenciales en Irán, y se pronunciaron en contra del golpe de estado en Honduras, lo más sensato sería que la comunidad internacional y sobre todo América Latina condene enérgicamente estas arbitrariedades que el régimen de Hugo Chávez está cometiendo contra los derechos humanos del pueblo venezolano.
Esta prohibida su publicación de forma total o parcial de cualquier forma o medio sin prevía autorización de su autor. D.R EquisY: Los ejes de la información 2009
Comentarios
pareciera que si... escribes tal cual como nosotros los venezolanos sentimos y pensamos, gracias vale, muchas gracias, no sabes que bello saber, que gente que no vive aqui en este "manicomio" nos comprende tanto como tú.Besos