“Mientras que el gobierno mexicano no acepte el verdadero estado que guarda el país, y sobre todo no son sinceros y siguen mintiendo, no sólo a los mexicanos, sino también a la comunidad internacional, esta guerra seguirá careciendo de credibilidad.”
Por: Gabriel Infante Carrillo
El pasado 14 y 19 de enero por lo menos 20 embajadores de países de la Unión Europea se reunieron en privado y por separado con Patricia Espinosa, Secretaria de Relaciones Exteriores y Genero García Luna, Secretario de Seguridad Pública Federal, (Reforma, sábado 28 de febrero) en la que los diplomáticos europeos externaron su preocupación sobre la situación de inseguridad y el aumento de la violencia en el país. La respuesta que obtuvieron de ambos secretarios de estado fue clara y contundente: “No pasa nada, todo está controlado.” Esta respuesta les generó desilusión, ya que manifestaron que perciben que el gobierno mexicano no está siendo franco con ellos sobre la gravedad de la situación.
Han pasado 2 años 3 meses desde que este gobierno embarcó al país en esta guerra que parece no tener una estrategia trazada, a pesar de que Espinosa y García Luna les aseguraron a los embajadores, que la violencia no está desatada y que a pesar de que no acabarán con el fenómeno en el corto plazo, pero que sí cuentan con una maniobra visualizada para controlarla a más tardar en 2013. Es evidente la incongruencia del discurso del gobierno federal, ¿de qué fenómeno hablan? Si primero les dieron a entender que en el país no pasa nada y que todo está bajo control. Esta actitud de negación por parte del gobierno y de Felipe Calderón de no querer aceptar la cruda realidad que atraviesa en estos momentos el país, me da entender que el gobierno sabe, muy a su pesar, que el país se les está yendo de las manos.
Acaba de concluir el segundo mes del año con 633 ejecuciones, que representa un incremento de 2.5% a comparación de enero que fueron 617, por lo que suman ya, según el conteo que llevo 1, 250. El presidente Calderón asegura que muchas de esas muertes son de narcos e insiste que México no es un Estado fallido. Sin embargo, la semana pasada ocurrieron dos hechos que demuestra lo contrario y que nos deja ver el poderío que tienen el crimen organizado. El viernes 20 de febrero, el secretario de Seguridad Pública de Ciudad Juárez, Roberto Orduña Cruz, militar de formación, se vio en la necesidad de renunciar a su cargo, por ordenes y presiones del crimen organizado o de lo contrario asesinarían dos policías cada 48 horas. Unos días antes un grupo de sicarios asesinaron al jefe de policía, Sacramento Pérez, dejándole junto al cadáver la amenaza a Orduña Cruz.
El domingo 22 por la noche, fue baleada uno de los vehículos de la comitiva de escolta del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas, por sicarios, en la que falleció un escolta y un sicario. Según informes de prensa la agresión iba dirigido hacia el mandatario estatal, pero horas después fuentes oficiales señalaron que todo se debido a un altercado vial.
Es claro quién son los que mandan aquí. La violencia desatada en el país, no es como ha llegado afirmar el presidente Calderón, que esto se deba a que los grupos criminales se sientan amenazadas por las acciones emprendidas por el gobierno, al contrario, cada vez tienen mayor poder. Como afirmó el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, Anthony P. Placido, en entrevista para la revista Proceso # 1686 “…ningunas de las organizaciones criminales mexicanas se rendirían en estos momentos, al menos de que se sientan realmente amenazadas por las operaciones del gobierno mexicano.”
Guardando las formas de la diplomacia, el secretario de la Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, destacó la importancia que le ha dado el presidente Calderón al combate al crimen organizado y señaló que debido a la corrupción que priva en muchos cuerpos policíacos éste tuvo que recurrir a las fuerzas armadas para enfrentar el problema, dijo durante el programa dominical Meet the Press, de la cadena NBC. Gates tiene razón sobre la corrupción que priva en las corporaciones policíacas, empezando por el propio secretario de Seguridad Publica Federal, Genaro García Luna, y que a pesar de los señalamientos y las advertencias de la Secretaría de la Defensa Nacional y del Comisario General Javier Herrera Valles, ex coordinador de Seguridad Regional de la PFP —preso en un penal de alta seguridad en el estado de Nayarit—, sobre los vínculos de éste con el hampa; el Presidente Calderón lo sigue manteniendo en el puesto.
Mientras que el gobierno mexicano no acepte el verdadero estado que guarda el país, y sobre todo no son sinceros y siguen mintiendo, no sólo a los mexicanos, sino también a la comunidad internacional, esta guerra seguirá careciendo de credibilidad.
Por: Gabriel Infante Carrillo
El pasado 14 y 19 de enero por lo menos 20 embajadores de países de la Unión Europea se reunieron en privado y por separado con Patricia Espinosa, Secretaria de Relaciones Exteriores y Genero García Luna, Secretario de Seguridad Pública Federal, (Reforma, sábado 28 de febrero) en la que los diplomáticos europeos externaron su preocupación sobre la situación de inseguridad y el aumento de la violencia en el país. La respuesta que obtuvieron de ambos secretarios de estado fue clara y contundente: “No pasa nada, todo está controlado.” Esta respuesta les generó desilusión, ya que manifestaron que perciben que el gobierno mexicano no está siendo franco con ellos sobre la gravedad de la situación.
Han pasado 2 años 3 meses desde que este gobierno embarcó al país en esta guerra que parece no tener una estrategia trazada, a pesar de que Espinosa y García Luna les aseguraron a los embajadores, que la violencia no está desatada y que a pesar de que no acabarán con el fenómeno en el corto plazo, pero que sí cuentan con una maniobra visualizada para controlarla a más tardar en 2013. Es evidente la incongruencia del discurso del gobierno federal, ¿de qué fenómeno hablan? Si primero les dieron a entender que en el país no pasa nada y que todo está bajo control. Esta actitud de negación por parte del gobierno y de Felipe Calderón de no querer aceptar la cruda realidad que atraviesa en estos momentos el país, me da entender que el gobierno sabe, muy a su pesar, que el país se les está yendo de las manos.
Acaba de concluir el segundo mes del año con 633 ejecuciones, que representa un incremento de 2.5% a comparación de enero que fueron 617, por lo que suman ya, según el conteo que llevo 1, 250. El presidente Calderón asegura que muchas de esas muertes son de narcos e insiste que México no es un Estado fallido. Sin embargo, la semana pasada ocurrieron dos hechos que demuestra lo contrario y que nos deja ver el poderío que tienen el crimen organizado. El viernes 20 de febrero, el secretario de Seguridad Pública de Ciudad Juárez, Roberto Orduña Cruz, militar de formación, se vio en la necesidad de renunciar a su cargo, por ordenes y presiones del crimen organizado o de lo contrario asesinarían dos policías cada 48 horas. Unos días antes un grupo de sicarios asesinaron al jefe de policía, Sacramento Pérez, dejándole junto al cadáver la amenaza a Orduña Cruz.
El domingo 22 por la noche, fue baleada uno de los vehículos de la comitiva de escolta del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas, por sicarios, en la que falleció un escolta y un sicario. Según informes de prensa la agresión iba dirigido hacia el mandatario estatal, pero horas después fuentes oficiales señalaron que todo se debido a un altercado vial.
Es claro quién son los que mandan aquí. La violencia desatada en el país, no es como ha llegado afirmar el presidente Calderón, que esto se deba a que los grupos criminales se sientan amenazadas por las acciones emprendidas por el gobierno, al contrario, cada vez tienen mayor poder. Como afirmó el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, Anthony P. Placido, en entrevista para la revista Proceso # 1686 “…ningunas de las organizaciones criminales mexicanas se rendirían en estos momentos, al menos de que se sientan realmente amenazadas por las operaciones del gobierno mexicano.”
Guardando las formas de la diplomacia, el secretario de la Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, destacó la importancia que le ha dado el presidente Calderón al combate al crimen organizado y señaló que debido a la corrupción que priva en muchos cuerpos policíacos éste tuvo que recurrir a las fuerzas armadas para enfrentar el problema, dijo durante el programa dominical Meet the Press, de la cadena NBC. Gates tiene razón sobre la corrupción que priva en las corporaciones policíacas, empezando por el propio secretario de Seguridad Publica Federal, Genaro García Luna, y que a pesar de los señalamientos y las advertencias de la Secretaría de la Defensa Nacional y del Comisario General Javier Herrera Valles, ex coordinador de Seguridad Regional de la PFP —preso en un penal de alta seguridad en el estado de Nayarit—, sobre los vínculos de éste con el hampa; el Presidente Calderón lo sigue manteniendo en el puesto.
Mientras que el gobierno mexicano no acepte el verdadero estado que guarda el país, y sobre todo no son sinceros y siguen mintiendo, no sólo a los mexicanos, sino también a la comunidad internacional, esta guerra seguirá careciendo de credibilidad.
Foto: Hoy Tamaulipas
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