"Esto es una muestra más de cómo las instituciones se doblegan ante las presiones de los poderes fácticos, en este caso las televisoras, pues tanto el Instituto Federal Electoral como los partidos políticos, específicamente el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) prefieren llevar la fiesta en paz con éstas,[...]"
Por: Gabriel Infante Carrillo.
El título puede describir perfectamente del porque México esta al bordo de la ingobernabilidad, ya que aquí nadie respeta la institucionalidad, empezando por las mismas instituciones, aunque suene paradójico, y no es que sea algo nuevo, pero estamos llegando al punto de que la capacidad de maniobra del estado mexicano es cada vez menos e incluso, ya hay quienes dicen que estamos ante un estado fallido.
México siempre ha sido un país desordenado e irrespetuoso de la ley, donde todo mundo hace lo que le plazca; donde la autoridad es fácil de corromper o sencillamente es ignorada, y las instituciones del estado no hacen nada para poner orden.
Un claro ejemplo de esto, es el reciente caso de la violación de la ley electoral por parte los dos grupo televisivos privados del país, Televisa y Tv Azteca al difundir la propaganda política de forma irregular y concertada con la intención de desacreditar la nueva reforma electoral aprobada en el 2007, ya que ésta contempla que la propaganda política se difundirá en los tiempos oficiales, es decir, tiempo que tienen que ceder la radio y televisión de forma gratuita al estado, por hacer uso del espectro electromagnético. La propaganda política le generaba a las televisoras 2mil 400 millones de pesos (220 millones de dólares aprox.), por lo que esto representa un duro golpe a sus intereses económicos.
Como ya comenté en la anterior columna de opinión “Televisa y TV Azteca violan la ley electoral”, toda la polémico surgió cuando ambas televisoras suspendieron en pleno juego del Súper Tazón para dar paso al bloque de spots. Tras el incidente, el IFE anticipó que ambas televisoras serían sancionadas con una multa de hasta 11 millones de pesos, sin embargo, durante la sesión del Consejo General del IFE, que se llevo acabo el viernes 13 de febrero, dio un giro de 180 grados, cuando el principal promotor para sancionar a Televisa y TV Azteca, el Consejero Marco Antonio Baños, propuso concederles el “perdón” de los delitos derivados de las “conductas atípicas” de ambas televisoras que documento el propio instituto y fue apoyado por los consejeros Marco Antonio Gómez Alcántar, Francisco Guerrero, Benito Nacif y Arturo Sánchez en una votación de 5-4.
El argumento que dieron es que una vez que se firmó “el acuerdo de voluntades”, donde Televisa y TV Azteca, como miembros de la Cámara de la Industria de Radio y Televisión, “aseguraron” que ya no van transmitir la propaganda en bloques y se comprometieron en respaldar, apoyar y acompañar“ al IFE en el cumplimiento de sus responsabilidades.
Hasta el momento, las televisoras siguen transmitiendo los spots en bloques y simultáneamente con la única diferencia que eliminaron la cortinilla con el mensaje en el que señalaba que la suspensión de la programación regular era por disposición de la autoridad electoral.
Esto es una muestra más de cómo las instituciones se doblegan ante las presiones de los poderes fácticos, en este caso las televisoras, pues tanto el Instituto Federal Electoral como los partidos políticos, específicamente el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) prefieren llevar la fiesta en paz con éstas, y más en tiempos electorales, para evitar ser blanco de campañas de desprestigio que tanto acostumbran Televisa y TV Azteca en llevar acabo en casos como estos.
Esta forma de actuar del IFE en lugar de recuperar la confianza y la credibilidad perdida tras la polémica elección presidencial de 2006, por parte de la ciudadanía, lo único que esta haciendo es debilitarse más como institución; institución que necesita el país como eje rector para el fortalecimiento de nuestra ya por sí débil democracia.
Estamos muy próximos a conmemorar el centenario de la revolución mexicana (1910) y el bicentenario de la independencia (1810), ambas etapas de nuestra historia donde la institucionalidad no existía, tal parece que cada cien años México tiene una crisis institucional, y en lugar de fortalecerlas las mandamos al diablo.
El título puede describir perfectamente del porque México esta al bordo de la ingobernabilidad, ya que aquí nadie respeta la institucionalidad, empezando por las mismas instituciones, aunque suene paradójico, y no es que sea algo nuevo, pero estamos llegando al punto de que la capacidad de maniobra del estado mexicano es cada vez menos e incluso, ya hay quienes dicen que estamos ante un estado fallido.
México siempre ha sido un país desordenado e irrespetuoso de la ley, donde todo mundo hace lo que le plazca; donde la autoridad es fácil de corromper o sencillamente es ignorada, y las instituciones del estado no hacen nada para poner orden.
Un claro ejemplo de esto, es el reciente caso de la violación de la ley electoral por parte los dos grupo televisivos privados del país, Televisa y Tv Azteca al difundir la propaganda política de forma irregular y concertada con la intención de desacreditar la nueva reforma electoral aprobada en el 2007, ya que ésta contempla que la propaganda política se difundirá en los tiempos oficiales, es decir, tiempo que tienen que ceder la radio y televisión de forma gratuita al estado, por hacer uso del espectro electromagnético. La propaganda política le generaba a las televisoras 2mil 400 millones de pesos (220 millones de dólares aprox.), por lo que esto representa un duro golpe a sus intereses económicos.
Como ya comenté en la anterior columna de opinión “Televisa y TV Azteca violan la ley electoral”, toda la polémico surgió cuando ambas televisoras suspendieron en pleno juego del Súper Tazón para dar paso al bloque de spots. Tras el incidente, el IFE anticipó que ambas televisoras serían sancionadas con una multa de hasta 11 millones de pesos, sin embargo, durante la sesión del Consejo General del IFE, que se llevo acabo el viernes 13 de febrero, dio un giro de 180 grados, cuando el principal promotor para sancionar a Televisa y TV Azteca, el Consejero Marco Antonio Baños, propuso concederles el “perdón” de los delitos derivados de las “conductas atípicas” de ambas televisoras que documento el propio instituto y fue apoyado por los consejeros Marco Antonio Gómez Alcántar, Francisco Guerrero, Benito Nacif y Arturo Sánchez en una votación de 5-4.
El argumento que dieron es que una vez que se firmó “el acuerdo de voluntades”, donde Televisa y TV Azteca, como miembros de la Cámara de la Industria de Radio y Televisión, “aseguraron” que ya no van transmitir la propaganda en bloques y se comprometieron en respaldar, apoyar y acompañar“ al IFE en el cumplimiento de sus responsabilidades.
Hasta el momento, las televisoras siguen transmitiendo los spots en bloques y simultáneamente con la única diferencia que eliminaron la cortinilla con el mensaje en el que señalaba que la suspensión de la programación regular era por disposición de la autoridad electoral.
Esto es una muestra más de cómo las instituciones se doblegan ante las presiones de los poderes fácticos, en este caso las televisoras, pues tanto el Instituto Federal Electoral como los partidos políticos, específicamente el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) prefieren llevar la fiesta en paz con éstas, y más en tiempos electorales, para evitar ser blanco de campañas de desprestigio que tanto acostumbran Televisa y TV Azteca en llevar acabo en casos como estos.
Esta forma de actuar del IFE en lugar de recuperar la confianza y la credibilidad perdida tras la polémica elección presidencial de 2006, por parte de la ciudadanía, lo único que esta haciendo es debilitarse más como institución; institución que necesita el país como eje rector para el fortalecimiento de nuestra ya por sí débil democracia.
Estamos muy próximos a conmemorar el centenario de la revolución mexicana (1910) y el bicentenario de la independencia (1810), ambas etapas de nuestra historia donde la institucionalidad no existía, tal parece que cada cien años México tiene una crisis institucional, y en lugar de fortalecerlas las mandamos al diablo.
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equisy, Gabriel Infante Carrillo, IFE, institucionalidad, legalidad, Marco Antonio Baños, reforma electoral, Televisa, Azteca
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