"La realidad es que Mouriño jamás fue criticado por ser amigo del presidente y algunos medios de comunicación con todo su derecho cuestionó su nacionalidad, ya que la constitución prohíbe que cualquier extranjero pueda ser funcionario de Estado".
Por: Gabriel Infante Carrillo
Con la lamentable y sorpresiva muerte de Juan Camilo Mouriño, acaecido la tarde -noche del 4 de noviembre en la Ciudad de México al desplomarse el Lear Jet 45 con matrícula XC-VMC de propiedad de la Secretaría de Gobernación, en el que viajaba también José Luis Santiago Vasconselo, titular de la Secretaría Técnica para la implementación de las recientes reformas constitucionales en materia de seguridad y justicia penal y otros cercanos colaboradores del ahora extinto secretario de gobernación. El presidente Felipe Calderón y algunos medios de comunicación han querido reivindicarlo, al señalarlo como “un mexicano y funcionario público ejemplar”. Algunos periodistas como Lolita de la Vega en su programa afirmó que los rivales políticos de Mouriño lo criticaban “por ser amigo del presidente, como si eso fuera un pecado”. Por su parte, el periodista Ciro Gómez Leyva en el programa “Tercer Grado” de Televisa, afirmó que murió "calumniado y fue criticado por ser gachupín" (español).
La realidad es que Mouriño jamás fue criticado por ser amigo del presidente y algunos medios de comunicación con todo su derecho cuestionó su nacionalidad, ya que la constitución prohíbe que cualquier extranjero pueda ser funcionario de Estado. Lo cierto es que el Artículo 30 le confiere la nacionalidad mexicana, pero, según una extensa investigación por parte del semanario Proceso, (#1632 del 10 de febrero 2008), señala que obtuvo la nacionalidad mexicana en 1989 y cinco años después obtuvo el pasaporte español con vigencia hasta 1998, el cual hizo uso de éste al menos en una ocasión, en agosto de 1996. Uno de los juristas consultado por el semanario advierte que: “la evaluación del actual funcionario muestra que ya se encontraba emancipado cuando regresó de Estados Unidos haciendo uso del pasaporte español, que tuvo vigencia cuando Mouriño participó en la elección de 1997 en Campeche”. Cabe señalar que el artículo 24 del Código Civil Español establece que: “Pierden la nacionalidad española los emancipados que, residiendo habitualmente en el extranjero, adquieran voluntariamente otra nacionalidad o utilicen exclusivamente la nacionalidad extranjera que tuvieran atribuida antes de la emancipación, y la pérdida se producirá una vez que transcurran tres años a contar, respectivamente, desde la adquisición de la nacionalidad extranjera o desde la emancipación”. Por su parte, al haber hecho uso de su pasaporte español, el artículo 37 de la Constitución Mexicana, inciso B primer párrafo señala: “La nacionalidad mexicana por naturalización se perderá en los siguientes casos: 1. Por adquisición voluntaria de una nacionalidad extranjera, por hacerse pasar en cualquier instrumento público como extranjero, por usar un pasaporte extranjero, o por aceptar o usar títulos nobiliarios que impliquen sumisión a un Estado extranjero”.
Lo anterior demuestra que Juan Camilo Mouriño, no renunció del todo la nacionalidad española y debió de haber perdido la nacionalidad mexicano. Es por esto que se criticó férreamente su designación como Secretario de Gobernación. Pero eso sí, los gobiernos del partido oficial, PAN nos siguen diciendo que México es un país de leyes e instituciones.
Los rivales políticos de Mouriño, hasta donde tengo entendido, no fue por que éste fuera el amigo más cercano del presidente Felipe Calderón, sino por tráfico de influencia, tras la exhibición de 10 contratos y convenios, más cuatro modificaciones que Transporte Especializados Ivancar, S.A, empresa propiedad de la familia de Juan Camilo Mouriño, suscribió con la paraestatal Petróleos Mexicanos Refinación (PEMEX), por más de 100 millones de pesos, entre 1998 y enero de 2008. Seis de ellos los firmó Juan Camilo Mouriño, cuando se desempeñaba como presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, como director general de la Subsecretaría de Política Energética y Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Energía (Sener).
Un análisis realizado por auditores de la Secretaría de la Función Pública (SFP), “destaca las irregularidades de la compañía aún en los contratos que no fueron suscritos de manera directa por Juan Camilo Mouriño. El análisis explica que, de acuerdo con la Ley de Obra Pública y Servicios Relacionados con la misma, Ivancar habría incurrido en anomalías, pues el parentesco de su actuales directivos con el hoy Secretario de Gobernación era motivo suficiente para que PEMEX se abstuviera de su contratación.” ( Contralínea (#98, marzo 2008).
Lo anterior es lo más visible del legado que Juan Camilo Mouriño dejó como funcionario público, pero hay mucho más sobre el lado oscuro de este político, y que esta por darse a conocer en el libro “Los cómplices del presidente” de la periodista Anabel Hernández (Premio Nacional de Periodismo 2002), y que esta por salir a la venta en próximos días. Cabe mencionar que la periodista fue la co-autora junto con la periodista Arelí Quintero del libro “La familia presidencial. El gobierno del cambio bajo sospecha de corrupción”, en él revela los actos de corrupción del presidente Vicente Fox y la primera dama; el libro salió a la venta en el 2005, cuando aún seguía la administración del presidente Fox.
En entrevista para el semanario Proceso (#1671, 9 de noviembre 2008), Anabel Hernández revela sobre la existencia de cerca de 170 contratos que la empresa de la familia Mouriño Terrazo con dependencias del gobierno, un número que duplica lo conocido hasta ahora. El 70% asegura que fueron firmados en los primero dos años del actual gobierno, con PEMEX, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicio Social para los Trabajadores del Estado (ISSTE) y Diconsa Ella afirma que dicha información la obtuvo a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (IFAI) y cuenta con las actas constitutivas que las empresas presentaron para obtener dichos contratos.
También revela la periodista que en noviembre de 2005, cuando Felipe Calderón ya era candidato a la presidencia y se encontraba en desventaja frente a Andrés Manuel López Obrador, el ahora presidente y Mouriño, “decidieron realizar operaciones de espionaje y sabotaje” contra la campaña del candidato de izquierda. Fue Juan Camilo Mouriño, el operador de la estrategia utilizando todo tipo de artimaña del viejo PRI para hacer campaña. El ahora presidente nacional PAN, Germán Martínez y todos del partido le atribuyen el triunfo.
También asegura Anabel Hernández, que dentro del circulo más compacto del presidente Calderón había problemas muy serios, a causa de Mouriño, pues se rumoreaba que Calderón lo iba apoyar para la candidatura presidencial del 2012, algo que les molesto mucho. De igual modo, la periodista afirma que Juan Camilo Mouriño “se apoderó de Felipe Calderón. Era el que más influencia tenía en él. El que más gozaba de su afecto”.
Con todo lo anterior ¿cómo podemos considerar a este personaje como un “mexicano y funcionario público ejemplar?” ¿Cómo pretender olvidar lo que hizo como funcionario público y lo que representó dentro de la política mexicana, por el simple hecho de haber fallecido!
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