“Este llamado en mi muy particular punto de vista, es una muestra de debilidad y de falta de liderazgo de parte del Presidente Calderón. El mensaje que esta dando es muy claro, ni él ni su gobierno tienen la capacidad para enfrentar al crimen organizado”.Por: Gabriel Infante Carrillo
La noche del grito para todos los morelianos a partir de ahora ya no será lo mismo. El ataque terrorista perpetrado en contra de civiles, en la que murieron 7 personas y dejó más de un centenar de personas heridas en la Plaza Melchor Ocampo, en el momento del ataque, y un niño de tan solo 13 años falleció el sábado, tras cinco días de debatirse entre la vida y la muerte.
Hoy se cumple una semana de estos acontecimientos y aún no sabemos quiénes fueron los autores y ejecutores de este cobarde acto. Las autoridades atribuyen esto al narcotráfico. Dicen tener pistas, un retrato hablado de uno hombre que presuntamente aventó una de las granadas, pero aún no hay ningún detenido.
El presidente exhortó a la unidad nacional a todos los actores políticos y a la sociedad para hacerle frente al crimen organizado y dejar a un lado nuestras diferencias ideológicas. ¿ Pero a que se refiere el presidente Calderón con este llamado? ¿Acaso quiere que todos lo apoyemos en las acciones que tome sin cuestionarle absolutamente nada? Este llamado en mi muy particular punto de vista, es una muestra de debilidad y de falta de liderazgo de parte del Presidente Calderón. El mensaje que esta dando es muy claro, ni él ni su gobierno tienen la capacidad para enfrentar al crimen organizado.
Hace cerca de dos años que anunció el inicio de su guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico. Casi dos años escuchando discursos triunfalistas y spots de televisión y de radio donde nos presumen de los grandes golpes que han dado contra el narco. El presidente incluso llegó a comparar dichos “triunfos” como un partido de fútbol, donde ellos llevan la ventaja en goles. El caso es que no hemos visto resultados, pero si, un incremento en la violencia; en el número de ejecutados; en el secuestro y ahora con ataques terrorista contra la población civil.
El meollo del asunto es que al Presidente Calderón o seguramente sus asesores se les hizo fácil iniciar una guerra mediática, sin la menor planeación estratégica, y en lugar de utilizar la infraestructura del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) para la causa, prefirieron utilizarla para espiar a sus rivales políticos para fines electorales del próximo año.
¿Cómo pretende Calderón que haya unidad nacional, si la población se siente desprotegida? Sí no ve a un líder en su persona. Freud, señala en su libro “La Psicología de las masas”, que las masas necesitan de un líder decidido para sentirse protegido y apoyarse en él. Sí él quiere el apoyo total de la sociedad, lo primero que tiene que hacer es dar resultados y actuar con decisión; la unidad nacional vendrá por si sola.
Veamos el caso de Colombia; a partir de que el gobierno de Álvaro Uribe empezó actuar con decisión, a pesar de las críticas de la sociedad y el conflicto diplomático entre Ecuador y Venezuela, por el bombardeo a un campamento ilegal de las FARC en territorio ecuatoriano, que dio como resultado la muerte del segundo hombre más importante de este grupo guerrillero, Raúl Reyes; poco tiempo después llegaron los resultados con la liberación de Ingrid Betancourt y de otros 13 secuestrados, y para infortunio de las FARC, que terminó por derrumbar la moral de ésta, fue la sorpresiva muerte por causas naturales de su líder máximo, Manuel Marulanda. Hoy no es ninguna sorpresa el alto nivel de popularidad de Uribe, que incluso la sociedad pide cambios en la constitución para permitirle un tercer mandato.
Hoy más que nunca debemos exigirle al presidente Calderón resultados y rendición de cuentas, y él a su vez debe exigirle a sus subalternos lo mismo. ¿No era lo que nos prometieron Vicente Fox y el PAN en el 2000?
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