El Premio Nobel de Literatura.

Por: Carlos Infante López
Colaborador

"Pamuk ha sido blanco de ataques por parte de grupos conservadores dentro de su país por su crítica sobre el papel del islamismo sobre la política".

Pocos dudan que este premio es el resultado de un profundo análisis de los académicos que tienen la responsabilidad de designar a un ganador. El prestigio del Nobel está a prueba de sesgos, preferencias políticas, presiones externas. El Comité del Nobel es difícilmente motivo de crítica, los seguidores de Jorge Luis Borges podrían alegar que el argentino era merecedor de recibir el premio; los contactos de Borges con Pinochet fueron motivo suficiente para negarle el premio, pero está es una mera especulación nunca probada. Borges dejo una profunda y vital obra que ha dejado y dejará una huella profunda en la historia de la literatura universal. El Nobel hubiera realzado el genio del argentino universal.

Hace no pocos años, el anuncio del ganador del Nobel causo estupor y sorpresa, Orhan Pamuk se hizo acreedor al premio. ¿Un escritor turco entraba a la élite de la literatura? ¿Quién es Pamuk? Para muchos lectores occidentales, este escritor era un desconocido, quien escribía en una lengua poco común, lejos de los centros literarios, pero al investigar sus orígenes, obra, trayectoria, Orhan es un autor sólido, con una obra bien estructurada que acerca la cultura turca a aquellos que por lejanía geográfica o intelectual estamos lejos de su entorno. Turquía, país de origen de Pamuk, es la frontera entre Europa y Asia, país milenario, musulmán, con fuerte influencia religiosa sobre los asuntos públicos.

Pamuk ha sido blanco de ataques por parte de grupos conservadores dentro de su país por su crítica sobre el papel del islamismo sobre la política. Ha sido amenazado por sus ideas, por su empuje para que Turquía modernice sus instituciones y pueda formar parte de la Unión Europea. Dentro de la intolerancia de los clérigos musulmanes, Pamuk es un estorbo, además peligroso. El Nobel de la Literatura le brindó a este autor la oportunidad de ser más conocido, su obra más apreciada, pero sobre todo un blindaje, aunque ligero, de los ataques de fundamentalistas islamistas que no aceptan más verdad que la que el Corán dicta. Un reconocimiento literario debe fundarse en la calidad de la obra, no contaminarse por otros temas. En el caso de Orhan, es posible que en otras circunstancias nunca hubiera recibido el Nobel de Literatura, pero la Academia sueca mandó un mensaje a los detractores de Pamuk, “déjenlo escribir, el Nobel lo blinda, las ideas se difunden a pesar de los intolerantes que con cualquier pretexto buscan socavar expresiones que no concuerden con dogmas o actitudes fanáticas de distinto símbolo”.

Orhan Pamuk no es en términos literarios un autor de excelencia, pero si merece nuestro apoyo para neutralizar el riesgo que representan los ataques de carácter religioso por parte de fundamentalistas cuya verdad es la única cuando el mundo es un conglomerado inmenso de tendencias disímbolas.

El mejor homenaje a Pamuk es leer su obra, más allá de que su talento tiene, todavía, mucho que ofrecer.


Technorati Profile

Comentarios