Por: Gabriel Infante Carrillo.
El día de mañana se cumple un mes del ataque del ejército colombiano a un campamento clandestino de las FARC en territorio ecuatoriano, donde pierde la vida el número dos de ese grupo guerrillero, Raúl Reyes, así como cuatro estudiantes mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México y un ecuatoriano presuntamente guerrillero de las FARC.
Hasta el día de hoy, no queda muy claro los verdaderos motivos por los que se encontraban estos estudiantes de la UNAM en ese campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Tanto Lucía Andrea Morett Álvarez como los padres de los cuatro fallecidos, afirman que estaban ahí por razones de investigación académica, la cual la misma UNAM negó haber enviado un contingente de estudiantes a Ecuador. De acuerdo con versiones de compañeros de Lucía Andrea Morett, dadas al diario El Universal de México, ella viajo a Ecuador entre enero y finales del año pasado al Congreso Bolivariano y que de ahí compañeros de la cátedra encabezada por la misma Morett, iban y venían a los campamentos de las FARC, por lo que hace pensar que estos fueron por voluntad propia.
Ahora bien, dándoles el beneficio de la duda, y que estos estudiante efectivamente fueron hacer investigaciones sobre el grupo guerrillero, con la finalidad de acercar, no se a quién, tal vez a sus compañeros de la facultad, la realidad que se vive dentro de las FARC y de su lucha. Sin embargo, creo que dichas investigaciones de inicio carecerían de valor, ya que existe simpatía por parte de éstos a favor de las FARC, por lo que se pierde toda objetividad y seriedad que debe tener toda investigación. Además, que más podrían aportar dichas investigaciones, aparte de los métodos de lucha, que ya todos conocemos, y lo único que han logrado en cuarenta años es el sufrimiento y desprecio de todos los colombianos hacia ellos, y así se los hicieron saber el pasado 4 de febrero durante la marcha mundial contra las FARC.
En el caso del ciudadano ecuatoriano, Franklin Aisalia Molina, conocemos muy poco, pero el gobierno colombiano asegura que este individuo formaba parte de las filas de las FARC, y que tienen pruebas de esta aseveración por lo que harán llegar tanto a la Organización de Estados Americanos y al gobierno ecuatoriano. Por su parte, el padre de Franklin Aisalia Molina, negó dicha afirmación ante los medios de comunicación colombianos.
Es curioso que en ese campamento clandestino de un grupo subversivo extranjero en territorio ecuatoriano —y que no ha sido condenado por el gobierno de Rafael Correa, como lo ha hecho con el gobierno colombiano—, se encontraran cinco extranjeros y un oriundo, presuntamente sin ningún tipo de vinculación con las FARC; y como ya he dicho, se me hace poco creíble que los cinco mexicanos estuvieran ahí haciendo una investigación académica, más bien pareciera que estaban ahí turisteando y viviendo la experiencia de la guerrilla.
El día de mañana se cumple un mes del ataque del ejército colombiano a un campamento clandestino de las FARC en territorio ecuatoriano, donde pierde la vida el número dos de ese grupo guerrillero, Raúl Reyes, así como cuatro estudiantes mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México y un ecuatoriano presuntamente guerrillero de las FARC.
Hasta el día de hoy, no queda muy claro los verdaderos motivos por los que se encontraban estos estudiantes de la UNAM en ese campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Tanto Lucía Andrea Morett Álvarez como los padres de los cuatro fallecidos, afirman que estaban ahí por razones de investigación académica, la cual la misma UNAM negó haber enviado un contingente de estudiantes a Ecuador. De acuerdo con versiones de compañeros de Lucía Andrea Morett, dadas al diario El Universal de México, ella viajo a Ecuador entre enero y finales del año pasado al Congreso Bolivariano y que de ahí compañeros de la cátedra encabezada por la misma Morett, iban y venían a los campamentos de las FARC, por lo que hace pensar que estos fueron por voluntad propia.
Ahora bien, dándoles el beneficio de la duda, y que estos estudiante efectivamente fueron hacer investigaciones sobre el grupo guerrillero, con la finalidad de acercar, no se a quién, tal vez a sus compañeros de la facultad, la realidad que se vive dentro de las FARC y de su lucha. Sin embargo, creo que dichas investigaciones de inicio carecerían de valor, ya que existe simpatía por parte de éstos a favor de las FARC, por lo que se pierde toda objetividad y seriedad que debe tener toda investigación. Además, que más podrían aportar dichas investigaciones, aparte de los métodos de lucha, que ya todos conocemos, y lo único que han logrado en cuarenta años es el sufrimiento y desprecio de todos los colombianos hacia ellos, y así se los hicieron saber el pasado 4 de febrero durante la marcha mundial contra las FARC.
En el caso del ciudadano ecuatoriano, Franklin Aisalia Molina, conocemos muy poco, pero el gobierno colombiano asegura que este individuo formaba parte de las filas de las FARC, y que tienen pruebas de esta aseveración por lo que harán llegar tanto a la Organización de Estados Americanos y al gobierno ecuatoriano. Por su parte, el padre de Franklin Aisalia Molina, negó dicha afirmación ante los medios de comunicación colombianos.
Es curioso que en ese campamento clandestino de un grupo subversivo extranjero en territorio ecuatoriano —y que no ha sido condenado por el gobierno de Rafael Correa, como lo ha hecho con el gobierno colombiano—, se encontraran cinco extranjeros y un oriundo, presuntamente sin ningún tipo de vinculación con las FARC; y como ya he dicho, se me hace poco creíble que los cinco mexicanos estuvieran ahí haciendo una investigación académica, más bien pareciera que estaban ahí turisteando y viviendo la experiencia de la guerrilla.
EquisY Radio
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