La información enemigo del poder

Por: Gabriel Infante Carrillo

Irán era el país de la Savak, y, sin embargo, la Savak actuaba en él como una organización clandestina, aparecía y desaparecía, borraba sus huellas, no tenía dirección. Y, no obstante algunas de sus células existían oficialmente. La Savak censuraba la prensa, los libros y las películas. (Fue la Savak, precisamente, quien prohibió representar a Shakespheare y Molière porque sus obras criticaban los defectos de los monarcas). La Savak gobernaba los centros de enseñanza, las oficinas y las fábricas. Era un monstruo que envolvía todo en sus redes, se deslizaban en los rincones más recónditos, en todas partes pegaban sus ventosas, fisgaba, husmeaba, rascaba, barreneaba […]

El Sha o la desmesura del poder
Ryszard Kapuscinski
1932-2007
Descanse en paz.

Lo descrito anteriormente parece haber salido de una de las novelas del escritor inglés George Orwell, sin embargo, esta descripción lo padecieron miles de iraníes durante el régimen del Sha (Rey) Mohammed Reza Pahlavi entre los años de 1941-1979. La Savak equivale en términos orwelianos a la policía del pensamiento y cuya actividad se asemejaba al ministerio del amor, que se describe en la novela de “1984”. La finalidad de esta organización secreta evidentemente era proteger al régimen y generar miedo entre la población para que no se revelarán contra ésta.
A unos años de concluir la primera década del siglo XXI, se mantiene vigente la práctica de algunos gobiernos de seguir controlando los contenidos e informaciones de los medios de comunicación, al parecer, una medida forzosamente necesaria. Lo alarmante de esto, es que algunos gobiernos que se hacen llamar “democráticos”, son los que llevan acabo dicha práctica.
Recientemente se ha desatado la controversia, tras la decisión del presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, de no renovar la concesión de la televisora Radio Caracas Televisión (RCTV), pues la califica como un “canal golpista”, y responsable de encabezar el fallido golpe de estado contra su gobierno el 11 abril de 2002. Lo preocupante es que el gobierno no piensa reotorgar la concesión a la iniciativa privada. Por lo que tienen planeado crear la segunda cadena de televisión estatal, que será principalmente informativa; la primera es Venezolana de Televisión.
Dicha decisión gubernamental hace pensar a sus detractores que las concesiones no se renovará de las otras cadenas de televisión, una vez vencidas éstas; imperará la voz del régimen.

El mensaje que esta enviando el gobierno venezolano es claro y no se andan con medias tintas: “no se tolerará a los medios que no apoyen al régimen”. Mientras otros gobiernos son más sutiles, como es el caso mexicano. Éste no cierra cadenas televisivas ni radiofónicas, sino que concretan un acuerdo político – económico con los dueños de los grandes consorcios de comunicación. De igual forma la llamada “nueva” ley de radio y televisión o conocida popularmente como la “Ley Televisa”, fue hecha a la medida del duopolio televisivo, que son las de mayor alcance en el país. No hay que dudar que esta ley de igual manera beneficia a los demás medios electrónicos privados, para que se alineen al discurso oficial.

Como es de esperarse en este país surrealista, el gobierno no se apoya de los medios públicos para difundir su propaganda, pues estas generalmente es de corte cultural y tienen poca sintonía. En otras palabras los grandes consorcios de los medios de comunicación necesitan del Estado y el Estado de éstos.

Sólo existe un medio, que por desobedecer al “Gran Hermano” y no seguir el juego mediático del Estado, y de haber difundido el movimiento post-electoral encabezado por el ex candidato Andrés Manuel López Obrador, están pagando las consecuencias de dicha decisión, la cual corre la posibilidad de que desaparezca. Lo ridículo de todo esto, son castigados por haber hecho lo correcto; informar y decir la verdad. Me refiero al caso de Grupo Monitor, empresa multimedia, perteneciente al prestigioso periodista José Gutiérrez Vivó.

La violación de la libertad de expresión y de prensa no es exclusivo de ninguna corriente política e ideológica. Se puede dar tanto en la izquierda, centro, centro izquierda, derecha y ultraderecha. El hecho de que se dé este fenómeno es sobre todo, que la verdad no peca sino incomoda. Como lo definió perfectamente Kapuscinski, en “El Sha o la desmesura del poder”:

…Es imprescindible la palabra catalizadora, el pensamiento esclarecedor. Por eso los tiranos, más que el petardo o al puñal, temen aquello que escapa a su control: las palabras. Palabras que circulan libremente, palabras clandestinas, rebeldes, palabras que no van vestidas de uniforme de gala, desprovista del sello oficial. Pero ocurre también que precisamente las palabras oficiales con su uniforme y su sello, provocan una revolución.

Comentarios

Gabriel,

Que interesante tu artículo, me encantaría leer a Kapuscinki, sus temas son muy interesantes. Sigue adelante, tienes mucho talento, a mi también me gustaria que seamos colegas =)