Fox Cosecho lo que cultivo

Por:Gabriel Infante Carrillo

Así como el Presidente Fox le dijo por teléfono al Comandante Fidel Castro, “ Comes y te vas”, días antes de que diera inicio la Cumbre de las Americas, en Monterrey, Nuevo León, en enero de 2004; dicha demanda, tenía como finalidad de no incomodar al Presidente George W. Bush. El presidente Fox ahora esta pagando su errores con el mismo trato, “entrega tu informe y te vas”.
Lo sucedido con el último informe del sexenio del “Presidente” Fox, es el resultado de lo que fue cosechando a lo largo de su sexenio.
Muchos opinarán que esto fue producto del conflicto post-electoral y de la necedad del candidato de la Coalición por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, por llegar a la presidencia. Sin embargo, a lo largo de estos seis años, la actuación de Vicente Fox, no fue de un estadista ni de un político responsable, o como él se define, como un “demócrata”.
Haciendo memoria, cuando él fue candidato presidencial, en un acto en la Universidad Iberoamericana, la cual estuve presente, le hizo una demanda muy clara al Presidente Ernesto Zedillo, que no interviniera en el proceso electoral; y así fue. El presidente Zedillo, actuó como un verdadero demócrata y dejo a un lado los intereses partidistas y se abocó a los intereses del país,— algo que él no hizo con los pasados comicios—. Por otro lado, se me hace muy irresponsable, por parte del Presidente Fox, que siga creyendo y haga creer a los mexicanos que él fue el quien instauró la democracia en este país con su triunfo hace seis años. Sería un gravísimo error de todos nosotros, de no reconocerle a Ernesto Zedillo, que él es el verdadero instaurador de la democracia mexicana, que tristemente va en pique.
Es lamentable que Vicente Fox y el Partido Acción Nacional no aprovecharon la oportunidad histórica de continuar fortaleciendo lo que se logró hace seis años. Quizá, porque jamás quisieron ver, que a partir de su triunfo implicaba aún mayor responsabilidad por ser el primer gobierno de transición.
El presidente Fox debería estar muy agradecido con los legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de impedirle que subiera a la tribuna a leer su sexto informe; pues éstos le evitaron la pena de pasar un mal rato. Y en segundo lugar, nos evitaron a escuchar un informe de cifras y de auto-elogios que ya nos tienen acostumbrados año tras año y por décadas.
A fin de cuentas, no estuvimos exentos de escuchar un discurso en la cual el Presidente Fox nos pinta una nación fortalecida, democrática y de primer mundo. Desafortunadamente ese México sólo existe en la fantasía del primer mandatario, pues, no se ha visto reflejada en la realidad de millones de mexicanos.
En su mensaje a la nación, que dio a través de la radio y televisión, inicia diciendo que, por causa de un grupo de legisladores del PRD, que le impidió que leyera su último informe; continua diciendo, que ellos creen que le están causando un agravio a su persona, pero en realidad se lo están causando a la investidura presidencial. Tristemente, hay que señalar, que el primero que le falto respeto a dicha investidura, fue él. Sólo, basta hacer memoria y un recuento de su actuación a lo largo del sexenio, que esta por terminar. También hizo referencia de que es momento de conciliar y no de dividir y que los verdaderos demócratas respetan las leyes y dirimen sus diferencia por medio de las instituciones y no en las calles; aludiendo a Andrés Manuel López Obrador. Con estas palabras, dice todo, sigue metiendo leña al fuego, para que la inconformidad social que estamos viviendo en este momento se siga radicalizándose. Vaya favor que le esta haciendo a su candidato Felipe Calderón y a su partido, al dejarles el país en este estado,— si es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, lo ratifique como presidente electo—. Regresamos a los tiempos del priísmo, en donde la trancisión de gobiernos siempre hay algún tipo de crisis.
Lo cierto es, que no fue López Obrador ni la izquierda las causas de la situación en que nos encontramos en estos momentos, sino de la pésima actuación de un gobernante que prometió mucho pero hizo poco. Que proclamó su gestión como el gobierno del cambio, y resultó ser más de lo mismo.

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