Por: Gabriel Infante Carrillo

“ La ignorancia es poder”.
— George Orwell: “1984” —

A medida que el cuarto poder —los medios de comunicación—, han ascendido al segundo puesto de la escala; cita el periodista del “Le Monde Diplomatique”, Ignacio Ramonet, en su libro “La Tiranía de la Comunicación”. En los últimos años, en especial, la televisión, es cada vez mayor su impacto en la sociedad.
Gobiernos y regímenes tiránicos han hecho uso de los medios masivos de comunicación, desde la aparición de estos. Uno ejemplo de este fenómeno, y quién lo ejecutó de manera extraordinaria, fue Hitler, con la ayuda de su jefe de propaganda, Goebbles. La radio y los carteles fueron los medios principales para difundir dichos mensajes con la finalidad de influir a la opinión pública.
En un proceso electoral, es valido que los políticos hagan uso de los medios, para hacer del conocimiento de todos los electores, de sus respectivas propuestas y plataformas políticas.
En México, el proceso electoral, que aún sigue en disputa, desde su inicio careció de propuestas e ideas. Al contrario, lo que todos presenciamos a través de las pantallas de nuestros televisores, fue una guerra verbal, en donde hubo acusaciones, difamaciones y descalificaciones, entre el candidato de la derecha, Felipe Calderón y el de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
La guerra mediática, que encabezaron los dos candidatos punteros, más allá de aprovechar los treinta segundos que dura un “spot”, para dirigirse a los ciudadanos y convencerlos del porque ellos representan la mejor “opción”; prefirieron utilizar la peor de las estrategias de propaganda política, que regímenes tiránicos en el pasado han hecho uso, que es, infundir miedo con la finalidad de tener sometida a la sociedad.
Así pues, la nueva modalidad de hacer política en nuestro país, es descalificar y desenmascarar a sus contrincantes, por medio del espionaje telefónico y la video grabación, —hay que tener muy presente, que estos métodos son considerados un delito —, para luego exponerlos en los medios de comunicación, con la finalidad de orientar a la opinión pública.
El papel que están jugando, por su parte, algunos medios de comunicación, no ha sido de mucha ayuda en estos momentos, donde los ánimos de confrontación social están al máximo. Se puede apreciar claramente en el manejo editorial de estos, una inclinación a favor de uno de los candidatos.
Cabe recordar, que los medios de comunicación, fueron creados con la finalidad de brindar un servicio social. Uno de estos servicios es, informar de la manera más objetivamente posible e imparcial a la sociedad. Es intolerable, y no debemos permitir, que en una democracia, el estado controle, compre y en el último de los casos, hagan un acuerdo político–económico con los dueños del duopolio televisivo y con los grandes grupos radiofónicos. Éste último, es el resultado de la “nueva” ley de radio y televisión.
El sociólogo italiano, Giovanni Sartori, (que implementó el término de video-política), afirma en su libro, “Homo videns: La Sociedad teledirigida”, “… la televisión condiciona fuertemente el proceso electoral, ya sea en la elección de los candidatos, bien en su modo de plantear la batalla electoral, o en la forma de ayudar a vencer al vencedor. Además, la televisión condiciona, o puede condicionar, fuertemente el gobierno, es decir, las decisiones del gobierno: lo que un gobierno puede y no puede hacer, o decidir lo que va a hacer”.
Por desgracia, nuestra enajenación, le ha otorgado a los medios de comunicación, en especial a la televisión, la autoridad, de que sus juicios, son la única verdad que hay.
Hemos ido perdiendo nuestra capacidad de análisis y ha ido incrementado nuestra pereza, para la búsqueda de la información por otros medios, como los impresos. Esto se debe, como plantea el lingüista italiano, Raffaele Simonone, en su libro “La Tercera Fase: Formas de saber que estamos perdiendo”. En el que afirma, que en los últimos veinte años, hemos perdido la afición a la lectura y a la escritura, y que ya se habla de una “desalfabetización”, es decir, de una pérdida gradual de la capacidad de leer. Por el contrario hemos adoptado un nuevo lenguaje, el icónico (visual), y ha aumentado nuestra capacidad auditiva; que dada paso al término que emplea el sociólogo Giovanni Satori “homo videns” hombre video.
Es por eso, que los medios audiovisuales han adquirido en los últimos años, un auge extraordinario, la cual se ha convertido en una arma poderosa y perfecta para dirigir el pensamiento de millones de individuos. Es sorprendente, como la imagen inducida, puede distorsionar nuestra realidad.
Hay que plantearnos lo siguiente: ¿Estamos condenados hacer esclavos de los medios de comunicación y del gobierno?, o aún, ¿estamos a tiempo de preservar nuestra libertad de pensamiento?
Considero, que a medida de que dejemos a un lado nuestra pasividad ante los mensajes que estamos expuestos a diario, por estos, y nos interesemos por indagar y analizar las informaciones que nos presentan, tanto la televisión, la radio, la prensa y los libros, con la única finalidad de formarnos un criterio propio. De lo contrario, seguiremos nutriendo nuestra ignorancia y otorgándoles mayor poder a los que ya lo tienen.

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